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martes, 15 de mayo de 2012

Clasicos Un Fiat 8V de 1952













Corrían los primeros años 50 y Fiat quería un coche icónico para aumentar el prestigio de la marca, y presentó el Fiat 8V en el Salón de Ginebra de 1952. Su nombre no significa “8 válvulas” sino otto vu, V8 al revés. Sí, tiene un motor V8, pero resulta que Ford ya había patentado esa razón comercial.
Era bastante bueno para la época, con su aerodinámica desarrolada en túnel de viento podía alcanzar la monstruosa velocidad de 190 km/h con su motor 2.0 V8 de 105 CV (a 5.600 RPM) animado por doble carburador. Posteriormente, con un tercer carburador, consiguió 10 cavallinos más.
Contaba con suspensión independiente a las cuatro ruedas, frenos de tambor, caja de cuatro velocidades… No fue un éxito comercial, solo se fabricaron 114, y Fiat solo llegó a carrozar tres. Otros fueron montados por Carozzeria Speciale FIAT, Zagato, Ghia y Vignale. Prácticamente todos fueron coupé pero algún que otro spyder hubo también.

Solo pesaba 1.000 kg y tuvo un buen rendimiento en competición, no así en ventas. No deja de ser un icono para Fiat y por eso el alto directivo de Fiat John Elkann conducirá uno en la Mille Miglia, una carrera de mucho pedigrí que empieza mañana.
Su mujer, Lavinia Borromeo, será su copiloto y “navegante”. De vez en cuando la historia nos brinda ejemplos de por qué si las marcas no sacan cierto tipo de coches, es por falta de viabilidad, como pasó con el otto vu. Pensadlo cada vez que pedís que vuelvan los propulsión trasera a marcas que hace años o décadas que no los fabrican.
A más de uno le llamará la atención tanto cilindro en un motor tan “pequeño”, no era estrafalario en los 50. La técnica de motores ha avanzado mucho en 60 años. Si le hubiesen montado un MultiAir de los modernos, se habría comido con patatas a todos sus rivales en la pista gastando la mitad de gasolina.

Fuente | Fiat, Cartype, Carscoop

El Museo de los horrores mora en internet 













Vale, lo de hoy no es un Dolorpasión™ convencional sino una fantástica recopilación de horrores visuales que pueden perjudicar la sensibilidad de cualquier amante de los coches clásicos de nuestro tiempo. No hay Ferraris ardientes ni choques absurdos, sino aberraciones de la naturaleza automotriz que son producto de la imaginación del cineasta francés Michel Gondry. Para su próxima película ‘Mood Indigo’, basada en el libro La espuma de los días, Gondry ha hecho que le preparen toda una colección de vehículos Renault, Citroën, Peugeot y algún Fiat, todos de los años 70, 80 y 90 y todos truñeados como si fueran a irrumpir en el sueño de un demente. Y no, no son coches de alta gama, pero a quienes nos van los clásicos cotidianos esto nos duele igual. Evidentemente en foto se notan más trucos que en una peli de Astérix y Obélix, pero es de esperar que en pantalla estos añadidos den el pego. En el blog Blenheim Gang se han paseado por la zona de rodaje y han realizado un completísimo reportaje que causa tanto dolor como hilaridad. Es para verlo. Dolorpasión™ ocurre en domingo, y hoy es algo más soft, para que veáis que os tenemos cariño.


Un saludo para Biballo, y gracias por la pista.
Enlace | Blenheim Gang


Un Mini de 1959 sin restaurar

 

 

 

 

 

 

 

 

Los ingleses y su forma de entender el automóvil… hay que entenderlos. El pasado lunes tuvimos un ejemplo más, en una subasta de clásicos de Bonhams. Este ejemplar que vemos en la foto data de 1959, es uno de los primeros Mini que salió de la fábrica de Longbridge, allá por mayo. El precio de salida era de hasta 15.000 libras.
Se cree que es el Mini más antiguo del mundo que todavía no ha sido restaurado, y eso ha disparado su valor. Con matrícula XLL 27, este ejemplar se cree que es totalmente original, salvo por la puerta del conductor y la moqueta. El coche está literalmente hecho polvo.
El motor lleva años sin funcionar, es literalmente un montón de chatarra oxidada. Pues un norteamericano ha pagado por él más de 40.000 libras, unos 49.000 y pico euros al cambio. Solo se tiene constancia de tres Mini más antiguos que este en circulación en todo el mundo, dos de los cuales están en Japón.

  El octavo Mini fabricado (1959)
Es un Austin Se7en De Luxe, y es un pre-serie, porque las primeras unidades se mostraron a la prensa en abril de 1959, y las unidades de producción se fabricaron en agosto. El desvelo completo al público ocurrió el 26 de agosto, de hecho. Este ejemplar del que os hablo, es el octavo de una saga de millones de unidades.
Solo así nos podemos explicar que se haya pagado semejante barbaridad por este coche, que se cae a pedazos, a pesar de la literatura que adorna su descripción de la casa de subastas. Tiene 30.041 millas en su haber, no llega a 50.000 kilómetros. Solo se le ha hecho una revisión, por lo que ha perdido la garantía.
Cuando estaba nuevo, se pintó de gris (Farina Grey). Tiene más óxido que los amigos de Mater —el de la película de Cars— y ha estado abandonado bastante tiempo. Desde 1986 pertenece al mismo dueño, que conservaba la botella del líquido del limpiaparabrisas, algo típico de las primeras unidades.
  El primer Mini (1959)
De estar en perfecto estado, se vería así. Este Mini es el primero que se produjo, a secas, el 621 AOK, que nunca salió a la venta y se conserva como oro en paño por parte del Heritage Motor Centre de Gaydon. Tiene más sentido pagar casi 49.000 euros por este, en mi humilde opinión.
Si el nuevo dueño decide restaurar a la perfección el maltrecho XLL 27, más le vale tener buen presupuesto, le va a costar una burrada. Me he acordado instantáneamente del Authi Mini 850 Lujo que probé hace unos meses, de fabricación española, que estaba prácticamente en estado de revista y muy bien cuidado.
En ese caso, hablamos de un coche de 1973, se le pierde el toque de exclusividad, pero se puede comprar por la décima parte, y es plug and play girar la llave y que funciona. A ver cómo lo restauran sin tener que desechar esas piezas originales pagadas como si fuesen de oro.
Fotografía | Bonhams (I, II) y DeFacto (III)
Fuente | Bonhams

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